Salvemos el centro histórico de Vélez-Málaga

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Dicen que lo que no se conoce, no se ama, y yo añadiría que sólo por aquello con lo que convivimos día a día, lucharemos hasta el final.

Y esa máxima se podría aplicar a los vecinos del centro histórico de Vélez-Málaga, que hartos ya de ver como su barrio se va muriendo en una lenta agonía, se resisten a ese final y sin ninguna pretensión más que aquella de la de luchar por su pueblo, se han puesto manos a la obra, se han unido y han creado la Asociación de Vecinos de San Francisco y San Juan.

Ya son casi 30 años durante los cuales, como un desierto que va avanzado lento pero imparable, las calles se van vaciando, el jolgorio de los días festivos se ha ido silenciando y las sombras de los viandantes no reflejan formas caprichosas en las aceras.

La vida comercial se ha ido trasladando a otras zonas de la ciudad, y hemos ido dejando que nada la sustituyera, porque no se trata sólo tiendas, restaurantes,…  No, hay algo que no podemos trasladar, y eso es nuestro patrimonio, el conjunto de nuestros monumentos que se han ido levantando durante siglos de historia. Y es la Historia, con mayúscula, la que espera que nos pongamos en marcha. Podremos crear centros comerciales, podremos trasladar el centro neurálgico de nuestra ciudad, pero nuestros monumentos, nuestra Historia, de todos y cada uno de nosotros, del pueblo que es al que pertenece, está ahí, impasible, mientras nosotros miramos hacia otro lado.

Y no se engañen, por más rehabilitaciones o restauraciones que realicemos, lo que realmente salvará nuestro patrimonio será la vida a su alrededor. Cuando nuestras calles se queden vacías, cuando el silencio se apodere de nuestras plazas, nadie lamentará que las piedras se derrumben. Y será así, no lo duden, la Historia es una gran maestra y nos lo ha enseñado muchas veces en el pasado.

Aprendamos de ella, no nos quedemos con los brazos cruzados, pongamos todos nuestro granito de arena para conservar lo que nos ha sido donado por nuestros mayores.

Cuidémoslo, conservémoslo y transmitámoslo, orgullosos, a los que vengan después, y a nuestros contemporáneos.

Ya se han perdido demasiados retazos de nuestra Historia por ignorancia, no permitamos que vuelva a ocurrir por incompetencia.

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